El despido procedente no es un tipo de despido, sino que es la declaración de que un despido se ha llevado a cabo correctamente.
La procedencia de un despido determina que tanto el procedimiento como las causas indicadas en la carta de despido son ajustadas a derecho, y por lo tanto, que el comportamiento empresarial es el adecuado y el despido está justificado. La empresa podrá despedir a un trabajador a través de un despido disciplinario u objetivo en función de la causa que determine el despido, y el Juez decidirá si es correcto o no (evidentemente si ha sido impugnado por el trabajador).
En estos casos, la indemnización dependerá si el despido es objetivo o disciplinario. En el primer caso, la indemnización se corresponderá a 20 días por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades. En el caso del despido disciplinario, no hay derecho a indemnización.
Además, en cualquier caso, el trabajador despedido pasará a situación legal de desempleo y tendrá derecho a paro siempre que cuente con la cotización exigida.
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